¡Último sábado de Feria!

Bitácora de una caseta en la Feria del Libro de Granada.

Sábado con previsión de lluvia. El teléfono dice que va a llover hasta las 17h, más o menos. Espero que así sea, porque si no, ¡qué desastre para el anteúltimo día de Feria!

Desayunamos fuerte porque sabemos lo que se viene. Abrimos la caseta a las 11 y empieza a lloviznar. Con la llovizna, empieza a llover en serio y los libros se empiezan a mojar un poquito. Los empujamos más para atrás del inicio de la mesa, para que no estén muy cerca de la calle.

Los libros, en el momento de la foto, estaban en su sitio todavía. Al cabo de un rato, los desplazamos todos hacia atrás para que no les llegue la fueete lluvia.

Viene Agustín Comotto, nos tomamos un mate con él, que vino a la caseta a presentarse y mi padre le dio uno, que los estaba preparando él. Mi padre se sorprendió por aceptar un mate, por lo que el ilustrador le dijo «sho también nací ashá».

¡DE REPENTE! ¡Aparece desde la Fuente de las Batallas nuestra amiga Mapi!

Ella estaba de viaje fuera de España y sabíamos que luego del mismo se iría a su casa de Albacete y no podría venir a visitar la Feria. Pero de repente la vemos venir y la sorpresa fue genial: Mapi vino esta misma noche para estar en la Feria, que ella no puede perdérsela, con lo mucho que lee, con lo que le gustan los libros. Y hoy por la mañana vino especialmente a ver a La ¡¡¡Tremenda!!! La queremos mucho, es de esas amigas de la librería que nos acompañan desde que abrimos. ¡Viva Mapi!

Alberto y Mapi colocando libros debajo del plástico que tuvimos que salir a comprar de urgencia.

¡Los libros se mojan mucho! Decido salir a comprar un poco de ese hule transparente. No me hace mucha gracia porque es plástico pero no encuentro, entre las cosas que trajimos a la Feria, una solución mejor. Pienso que voy a reutilizar ese hule más tarde o más temprano, seguro, para algún escaparate.

Lo cortamos a la mitad, lo ponemos sobre los libros y funciona. El resto de la mañana se queda el plástico colocado porque la lluvia cesó por la tarde. Mapi nos acompaña hasta casi la hora del cierre, le agradecemos mucho la compañía.

Con la tía Mapi.

Con la lluvia, vemos el paraguas de gatitos de nuestra amiga Carol que nos visita nuevamente (es de las amigas queridas, que también nos acompaña deade que abrimos la librería). También vemos a la traductora Paula, que dice que ha faltado un día a la Feria pero, como hubo un día que vino dos veces a vernos, le cuenta como asistencia perfecta. ¡Aprobada!

Nos vamos a casa a comer, tengo de las rodillas para abajo el cuerpo empapado. Me pongo el pijama y, como corresponde, me duermo tremenda siesta en el sofá con mi gatita, placer infinito. Pero hay que volver, me quedaría a vivir en esa siesta con mi gata, pero la Feria llama.

¡Y ya no llueve! La gente se agolpa desde que levantamos el portón de la caseta, hay ganas de sábado en la Feria. Imagínate qué ganas habría que la Bitácora que tenía que publicar hoy (la del viernes) no pude ni escribirla, no me dio ninguna tregua, nada de tiempo.

Pronto hubo que preparar las firmas de la tarde. Primero viene Agustín Comotto, a las 18h. Luego Gerardo Rodríguez Salas, a las 20h.

Llegó Comotto puntualísimo. El ilustrador asistió a una presentación en el Pabellón que tenemos enfrente, el que auspicia la Caja granaína de color verde.

Con puntualidad británica, y como no podría ser de otra manera, Gerardo Rodríguez Salas llega a la caseta o’clock. Pronto se asoman amigas, escritoras, familia y lectoras para que le firmen su último libro. Gerardo habla con todas, dedica palabras, escucha activa y cariño para todas.

May R. Ayamonte visita a Gerardo Rodríguez Salas en nuestra caseta.

Gerardo es puro amor y lo sabes. Si vives en Granada y has podido asistir a alguna de sus actividades en torno a la literatura, sabrás bien de qué te hablo. Cuando lo vemos, todo es alegría, es de nuestras personas favoritas de esta ciudad.

Hoy es La Noche en Blanco. Los museos y otros espacios culturales están abiertos hasta las doce de la noche. En la Feria es opcional, y por este lado decidimos cerrar a las 22h, que no tenemos más cuerpo. A Alberto le da la bajona sobre las 21h, tengo fotos que lo demuestran:

Dijo Gerardo que notaba el peso de Alberto, que a esa hora ya había entrado en modo out.

Viene de visita Javier Bozalongo, poeta y editor de Sonámbulos Ediciones. Pregunta si a nuestra caseta solo vienen poetas guapos y le respondemos que sí, que si se quiere sumar, que aquí estamos. Echa un ratito con nosotros, entre risas.

En el Pabellón de la Caja granaína de color verde está Luis García Montero y lo peta. Decidimos quedarnos un poquito más, hasta las once menos veinte. A las 23:05 estamos en Papaupa, intentando sentarnos a alguna mesa con mis padres, que estuvieron toda la tarde con nosotros. Cuando me levanto de mi silla, la tragedia: el pinzamiento lumbar me saluda y me explica que va a quedarse conmigo durante todo el día de mañana.