Un miércoles normal en la Feria.
Bitácora de una caseta en la Feria del Libro de Granada.
El miércoles de Feria pasó con tranquilidad.
Por la mañana me tocó librería, estuve en ¡¡¡Tremenda!!! hasta las 14h contestando mensajes y correos. No me dio tiempo de preparar cosas del mes que viene, pero las tengo presentes, creo. Espero no seguir postergándolas, son tareas que tienen que ver con las presentaciones del mes de mayo.
A la tarde, tengo que volver a la librería a pagar una factura que olvidé pagar, con la Feria se nos escapan cosas todo el rato. Me llama Alberto y me pide que lleve el hervidor para hacer mate, que en la caseta estaban mis padres, el mate es para que tomen ellos.
Tardo en ir, pero voy a la caseta. Cuando llego, está nuestra compañera de prácticas de la UGR, Alba, pero no mis padres. Pasa un rato largo, y ellos siguien sin aparecer. Voy a saludar a Encarni Torres Prieto, nuestra locutora en la Feria. Le cuento que no sé dónde estarán mis padres y me propone llamarlos por megafonía.
Me divierte la idea, pienso que vale por las dos veces que ellos «me perdieron» en la playa, cuando era pequeña. Encarni anuncia con su micrófono rosa: «Nany y Tito, acudan a la Caseta de información».
No grabé a tiempo a Encarni, pero esta es ella llamando a mis padres por megafonía.
Vuelvo a la caseta, preparamos mate lo mismo, aunque no estén mis padres. Ya vendrán, saben dónde está la Feria, son bastante grandecitos ya.
Alba, nuestra compi de Prácticas de Literaturas Comparadas de la UGR, en acción.
Vienen de visita Eli, Nuria y Pablo. Alberto se suelta con Pablo porque es su amigo, toca con él en una de las tres mil bandas en las que canta. Y digo «se suelta» porque suelta un calificativo al mencionar a un autor del no hemos traído ningún libro suyo por convicción, y que voy a poner el vídeo aquí debajo, aunque esté cortado, se entiende perfecto me parece:
Alberto, adjetivando, acentúa en la G.
María repite visita (amenaza con venir todos los días de Feria, que vive aquí al lado), y también lo hace Paula, la traductora. Ella confiesa que estuvo en la Feria por la mañana y ahora por la tarde. Le ofrezco que se quede a dormir dentro de la caseta, que le tiramos un colchón dentro y listo. Paula, cada año, viene todos los días de Feria porque sabe que siempre tenemos libros distintos. Y los quiere ver todos.
Llegan mis padres, se habían ido a dar una vuelta por Bib Rambla, se toman un par se mates, mi padre hace sus chistes de rigor, y se van a casa a descansar. Qué suerte tienen, están de vacaciones.
Termina el día, me voy a tomar algo con Alberto al Papaupa. De camino, me encuentro con la tita Noa y el tito Dani de Librería Asterisco. Nos tiramos un buen rato poniéndonos al día sobre la Feria, nuestras librerías, asuntos del día y demás yerbas. Cuando Noa me dice: «¿has visto que has salido en la tele con Dani?». Miramos juntas el vídeo, tanto a Dani como a mi nos da una vergüenza gigante.
Me voy a tomar una cerveza al mi segundo lugar favorito de calle Molinos: la barra del Papaupa. Me espera Alberto, está con Julio, nuestro vecino. Allí está parte de la feligresía habitual: la Josefa, Lola, Marga. Estamos en casa, descansando en la barra, al menos un ratito, conversando con Julio.
Nos vamos mas o menos pronto, que mañana sigue la Feria y tenemos una firma por la tarde.