FORTUNA, de Hernán Díaz. Traducción de Javier Calvo
Reseña de Alberto.
En un tiempo en el que casi todo se concibe para que sea efímero podemos encontrar aún joyas que pretenden permanecer. Es el caso de Fortuna. Sonará a cliché pero la lectura de este libro no va dejarte igual que estabas. Cuando te pregunten al finalizarlo, “¿Qué tal el libro?”, no vas a decir, “Está bien, tampoco es para echar cohetes”. Tampoco vas a decir que te ha cambiado la vida pero en tu interior se estará enraizando el pensamiento de que hace mucho tiempo que no has leído nada tan elegante y tan bien traído.
Como dice el propio autor, “este es un libro que trata, ante todo, de libros” y del poder que tienen según con la intención con la que se escriban. Es un libro sobre la importancia de manejar la información y de quién y cómo se construye un relato para ensalzar o condenar a alguien.
Construida sobre cuatro libros distintos con estilos e intenciones diferentes, esta narración te atrapa desde el principio y juega contigo invitándote a volver hacia atrás en las páginas para comprender del todo lo que está pasando y te va lanzando datos que completan la historia o que la cambian absolutamente como diciendo “¿Creías que lo sabias todo, eh? ¡Pequeño sabiondillo!”.
Un disfrute total con el aroma de las novelas clásicas pero con un colorazo rebosante de modernidad. Con personajes odiosos, entrañables, altaneros y con una urbe hostil de fondo, el New York de los años 20-30. Una ciudad que es, quizá, de las más interesantes de la literatura contemporánea.